Virus Herpes


QUÉ ES EL HERPES?
El herpes genital es una enfermedad contagiosa causada por los virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) y tipo 2 (HSV-2). La mayoría de los herpes genitales son causados por el tipo HSV-2. La mayoría de las personas con HSV-1 o HSV-2 no presentan signos. Si se presentan signos, éstos aparecen en forma de ampollas pequeñas en los genitales. Las ampollas se rompen y dejan úlceras dolorosas (llagas) que pueden tardar de dos a cuatro semanas en curarse. Tiende a repetirse en forma periòdica. Puede permanecer en forma indefinida en el organismo, Los brotes tienden a disminuir a medida que pasan los años.

Es una patología muy frecuente que actualmente ha aumentado en forma importante por la libertad sexual de la juventud y el no uso correcto de elementos de protección. En estos tiempos se ve aparecer a partir de 12 años, uno de cada cinco adolescentes y adultos ha tenido una infección de HSV.
La infección por HSV-2 genital es más frecuente en las mujeres (aproximadamente una de cada cuatro mujeres) que entre los hombres (casi uno de cada cinco). Esto puede deberse a que es más probable que ocurra la transmisión de hombre a mujer que la transmisión de mujer a hombre.
TIPOS DE VIRUS
El HSV-1 y el HSV-2 pueden encontrarse en las úlceras causadas por los virus y ser liberados por las mismas, pero entre brote y brote los virus también pueden ser liberados por la piel que no parece afectada o que no tiene úlceras. Por lo general, una persona solo puede infectarse con el HSV-2 durante el contacto sexual con alguien que tiene una infección por HSV-2 genital. La transmisión puede darse a partir de una pareja sexual infectada que no tiene una úlcera visible y que no sepa que está infectada.
El HSV-1 puede causar herpes genital, pero más frecuentemente causa infecciones de la boca y los labios, también llamadas “ampollas febriles”. Puede ser causada por contacto oral-genital o contacto genital-genital con una persona que tiene la infección por HSV-1. Los brotes del HSV-1 genital reaparecen con menos regularidad que los brotes del HSV-2 genital.

La mayoría de personas infectadas con el HSV-2 no saben que tienen la infección. Sin embargo, si se presentan signos y síntomas durante el primer brote, éstos pueden ser bastante pronunciados. El primer brote ocurre dentro de las dos semanas siguientes a la transmisión del virus y las úlceras se curan típicamente dentro de dos a cuatro semanas. Puede dar síntomas parecidos a la gripe, entre ellos fiebre e inflamación de las glándulas. La mayoría de las personas con la infección por HSV-2 pueden tener signos muy leves de los cuales ni siquiera se dan cuenta o que confunden con picaduras de insectos o con otra afección de la piel.
La mayoría de las personas a quienes se les ha diagnosticado un primer episodio de herpes genital van a tener varios (típicamente cuatro o cinco) brotes (recurrencias sintomáticas) en un período de un año. Por lo general, estas recurrencias disminuyen en frecuencia a medida que pasa el tiempo.

Puede causar la presencia repetida de úlceras genitales, puede ser grave en personas con sistemas inmunodeprimidos. Causa con frecuencia sufrimiento psicológico en las personas que saben que están infectadas. Puede contribuir a la propagación del VIH, el virus que causa el SIDA. Hace que las personas se vuelvan más susceptibles a la infección por VIH y provoca que las personas infectadas por el VIH sean más infecciosas.
El HSV genital puede causar infecciones potencialmente mortales en los recién nacidos. Es importante que las mujeres eviten contraer el herpes durante el embarazo porque la ocurrencia de un primer episodio durante el embarazo provoca un mayor riesgo de que el virus sea transmitido al bebé. Si una mujer tiene herpes genital activo al momento del parto, se realiza por lo general un parto por cesárea.

Los signos y síntomas asociados al HSV-2 pueden variar ampliamente. Los médicos pueden diagnosticar el herpes genital mediante una inspección visual si el brote es típico y mediante la obtención de una muestra de una úlcera que se envía para un análisis de laboratorio. Puede ser difícil diagnosticar las infecciones si no hay un brote claro. Los exámenes de sangre, que detectan la infección por HSV-1 o del VSH-2, pueden ser útiles, aunque los resultados no son siempre definitorios.

No existe un tratamiento que pueda curar el herpes, pero los medicamentos antivirales pueden acortar y prevenir los brotes durante el tiempo que la persona tome los medicamentos. El tratamiento diario contra el herpes sintomático puede reducir la posibilidad de transmisión a las parejas sexuales de las personas infectadas.

La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual, incluido el herpes genital, es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera con una pareja estable y única con pruebas (-) y que no estè infectada.
El uso correcto y habitual de los condones de látex reduce el riesgo de contraer herpes sòlo si el área infectada y el área de posible contacto está protegida. Es posible que el condón no pueda cubrir todas las áreas infectadas, ni siquiera el uso correcto y habitual de los condones de látex puede garantizar la protección contra el herpes genital.
Las personas con herpes deben abstenerse de tener relaciones sexuales con parejas sexuales no infectadas cuando haya lesiones u otros síntomas del herpes. Es importante saber que aunque la persona no tenga síntomas, todavía puede infectar a sus parejas sexuales. Esto se les debe advertir a las parejas sexuales de las personas infectadas. Las parejas sexuales deben hacerse pruebas para determinar si están infectadas con el HSV. Una prueba de detección del HSV-2 cuyos resultados sean positivos indica que lo más probable es que haya una infección de herpes genital.
Esto que se aplica al herpes se considera también en el condiloma virus oncogénico (virus papiloma humano o VPH).
(EXTRACTO DE http://www.cdc.gov/std/Spanish/STDFact-Herpes-s.htm#Whatis)