Experiencias como Médico

El cisne es de Valdivia, antes del “desastre” causado por la codicia humana.

Esta sección no pretende ser  una autoalabanza, sino compartir las angustias y las soluciones aplicadas a los diferentes casos especiales que recuerdo.

Hay que ponerse en el contexto de la época vivida, en que no existían los exámenes ni los medios diagnósticos actuales.

Uno utilizaba, las  manos,  el corazón y la mente (estudio) y a veces el único implemento era el fonendoscopio. La literatura era directa y muchas veces la puesta al día era tardía y poco oportuna.

Los casos de urgencia pedían una solución inmediata y las posibilidades de traslado a veces inexistente.

En muchas ocasiones, las respuestas «del otro lado de la línea » telefónica  «a  magneto» eran inaudibles y quien las respondía era un médico de urgencia muchas veces con la misma experiencia y limitaciones.

La improvisación de una terapia eficaz, hacía que fuera a veces el único medio salvador de un situación extrema.

No debo dudar en agradecer al buen DIOS por los éxitos logrados. Los fracasos eran frecuentes, pero afurtunadamente la mayor parte de las veces eran corregibles en el plazo inmediato.

Demás está decir que son hechos auténticos, a veces con  nombres cambiados y circunstancias respetadas para definir su veracidad. Pueden parecer a veces increibles y por ello tener dudas razonables del lector, pero la intención no es convencer sino «contar» la experiencia sin esperar el asombro ni la alabanza.

Evitaré en lo posible nuestro lenguaje técnico, muy propio de nuestra profesión, a fin de hacer más comprensible la experiencia, tratando de recordar y entregar fielmente los sentimientos del ese momento.